lunes, 5 de diciembre de 2016

Mares de Sangre



“Tus nietos te preguntaran

Que es lo que sabes

De las ballenas

Que curzaban viejos mares

Que la vieron en un libro

O en imágenes de archivo

De un programa vespertino

De televisión”.

Asi repite el estribillo de una canción de la época de mis padres. Las ballenas en aquellos años estaban sometidas a la caza indiscriminada y a una disminución asombrosa en su población.

Pero vino Liberen a Willy y la bella canción de Michel Jackson, vino la defensa de la vida salvaje y el documental The Cove sobre la caza de delfines en Taiji, Japón; y el mundo entero alzó su voz y pidió proteger a estos hermosos cetáceos.

Fue una conquista enorme, pero no completa .Aún perduran en el mundo ciertas prácticas traídas de tiempos inmemoriales, cada una más bárbara, más cruel.

Uno de los casos más lamentables es el sangriento festival “Grindadráp” que se lleva a cabo cada año en el pequeño archipiélago de Islas Feroe, Dinamarca, en el que masacran de la manera más brutal y cruel a cerca de mil ballenas piloto y delfines.

El espectáculo arranca en alta mar, donde los participantes buscan sus presas y luego los conducen a la bahía,y a aguas poco profundas, para después ser agarrados con un gancho por el oficio nasal. Ahí les cortan la cabeza, y mueren desangrados, tiñendo las aguas de rojo. Los participantes de la tradicional barbarie no hacen excepciones y exterminan familias completas: ballenas embarazadas, madres y sus crías, ninguna se salva de una muerte terrible y angustiosa. Esto es favorecido por la propia costumbre de estas ballenas de acercarse al hombre, que en esta ocasión significan muerte.

La caza de ballenas y delfines en las Islas Feroe, situadas entre el mar de Noruega y el océano Atlántico Norte, se ha llevado a cabo durante siglos. Los argumentos no importan a isleños que siguen la tradición por diversión, explicando que forma parte de sus raíces. Algunos de ellos sostienen que para iniciar la vida adulta, un muchacho debe matar a un delfín o una ballena.

Aunque los habitantes aceptan las disposiciones gubernamentales para la realización de su festival, que solo se restringen a duración o lugar de realización, no aceptan lo planteado por Comisión Ballenera Internacional ni por la Lista Roja de especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales en la que la ballena piloto se encuentra.No les importa: Cada año numerososcetáceos mueren frente a estas costas sin que nada se le interponga.

Aunque este festival pudiera repercutir de alguna forma en la vida económica de la isla, los medios empleados para matarlas no tienen ninguna posible justificación. Cada año se repiten los mares de sangre frente a las Islas Feroe, cadaaño se afecta irremediablemente el ecosistema.

Algunos cálculos plantean que este festival no tiene repercusión pues solo afecta al 0,3% de la población mundial de ballenas pilotos ,pero estos datos esconden una cruel y peligrosa verdad:esta isla de solo unas 48 mil personas y más pequeña que Cuba ,es capaz de influir en una población mundial.

Tal vez estos “pescadores” piensen que estos cetáceos serán eternos, como lo son ellos, que pretenden vivir sin peces, sin vida silvestre, sin medio ambiente.



Esperemos que cambien sus costumbres antes de que desaparezca esta especie de sus mares, o desaparezcan ellos. Esto es más probable.

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