domingo, 11 de diciembre de 2016

Embarazo y aborto: un problema de comunicación II




Familia núcleo indispensable para un desarrollo feliz

Durante la adolescencia se toman miles de decisiones que influirán en mayor o menor medida la vida de adultos. Estas se comenten en gran parte de las ocasiones sin calcular sus efectos a largo plazo pues la inmadurez propia de la edad impide prever las consecuencias. Es en esta etapa donde se elige la profesión que se pretende estudiar, los amigos, compañeros, pareja o el tatuaje que luego no habrá forma de remover de nuestro cuerpo.

Con un futuro por delante quién se puede parar a pensar en cada resultado de las acciones que en ese momento parecen tan cotidianas, y que continuarán sucediendo. Sin embargo la responsabilidad de conducirse correctamente durante estos años la comparten los adolescentes y sus padres pues como bien afirma la psicóloga del centro Lianet Abreu Monzón, una de las formas de amar es ser responsables, en este caso de guiar el comportamiento por el mejor camino de los que se encuentran en la etapa adolescente.

Si bien es difícil durante esos años establecer comunicación entre padres e hijos debido a la irreverencia de los últimos y a que ellos además prefieren comunicarse con su grupo social, la persistencia y paciencia debe ser la mejor arma de los adultos para poder crear una relación de confianza, donde ambos puedan hablar y ser escuchados sin temor. Lo anterior no significa convertirse en el cómplice que es exageradamente permisivo con las acciones que realizan los adolescentes pues este no es el rol de los padres el cual, en primera instancia, no es más que educar.

Por otra parte insiste la psicóloga Lianet en que son los padres los encargados de hablarle sobre educación sexual a sus hijos, cuando comienzan la adolescencia, es decir a los 12 años. Este no debe ser un tema tabú dentro de las familias pues enseñar no es incitar a que tengan relaciones sexuales sino mostrarles cómo hacerlo responsablemente, utilizando el condón para protegerse, pues aunque se intente negar ellos están pasando por una periodo de cambios y de constante necesidad de descubrir por lo tanto tener relaciones sexuales es algo que van a hacer.

Delegar en las escuelas el papel que tiene la familia es un error que cometen los padres con frecuencia, así como no velar por mantener una comunicación triangular, entre ellos y el adolescente. La falta de comunicación en el hogar se hace evidente al ocultarle a la figura paterna el embarazo de las adolescentes es un intento por evitar castigos más fuertes, pues algunas madres consideran que es suficiente para sus hijas con lo que van a someterse en la sala de las interrupciones. Totalmente censurables son ambas actitudes pues resaltan ineficiencias en la comunicación de la familia, la cual es la estructura que soporta la vida de las adolescentes.

Cuando el factor de la comunicación intrafamiliar y los valores enseñados en el seno de la misma fallan podemos ver como posible consecuencia el fenómeno en que se ha convertido el embarazo durante esa etapa. Pero la familia y la escuela no son los únicos responsables

¿Dónde queda la prevención y promoción?

Cuba posee un sistema por niveles e intersectorial para asegurar que los jóvenes posean todas las herramientas para afrontar no solo su sexualidad, sino la vida entera y poder prevenir todo lo que pueda representar un peligro para su desarrollo, espacio donde se ubica el embarazo y el aborto.

Por lo tanto debería haber una reducción significativa del embarazo en esta edad, y aun más del aborto. Pero sucede todo lo contrario. Cada vez son más jóvenes las que salen embarazadas y las que se realizan abortos, concentrándose la mayoría entre 15 y 18 años.

Hay algo que no está funcionando.

Según el doctor Roland Ferreiro Serpa Especialista en Medicina General Integral y Funcionario del Departamento Materno Infantil de la Provincia , y otros especialistas , se trata de un problema de comunicación también : las estrategias comunicacionales empleadas para la prevención y promoción no son efectivas entre este grupo y se vuelve necesario encontrar nuevas formas de hacer llegar el mensaje.

Además no existe un medio de controlar la eficacia de esta labor, ni estudios sobre resultados. La única forma es a través de los números, que si nos guiamos por ellos, estas campañas de promoción tienen un efecto muy limitado, por no decir casi nulo.

Por otro lado el sistema escalado de atención a la salud existente plantea nuevos problemas por la eterna disyuntiva entre el ser y el deber ser. La labor principal de promoción debe realizarse a nivel de consultorio médico, para asegurar un tratamiento más cercano y directo, pero este se vuelve dependiente de la competencia de médicos y especialistas.

Y es que incluso a la hora de acceder a diferentes datos estos son de carácter global impidiendo poder identificar las aéreas con mayores problemas, hacia la cual se podría volcar la atención de otros niveles.

Pero estos no son los únicos factores que influyen.

¿Y dónde queda la ética?

Este problema es multifactorial y va desde un problema de inmadurez e irresponsabilidad tanto por adolescentes como por sus padres, hasta un problema ético. Y no me refiero a la disputa de si el aborto debe ser permisible o no pues esta es una conquista valiosísima de las mujeres cubanas.

El problema ético surge cuando tanto pacientes como sus padres tratan al fruto de sus vientres como “esto”, “esta cosa”, “este problema”.

Puede parecer una retorica gramatical pero tras las palabras se esconden los condicionamientos sociales que sobre el tema giran. Hoy estar embarazada ,para la mayoría de los adolescentes es como una enfermedad ,casi como la gripe ,por un descuido te contagias ,digo ,sales embarazada , y puedes escoger si dejarlo seguir su curso de manera natural o pedirle a un medico que te cure .En el caso que sea es un problema ,pero no uno que le da un giro de 360grados a tu vida ,sino uno momentáneo del que tal vez ni te acuerdes si lo interrumpes , o una nueva responsabilidad para los padres de pronto convertidos en abuelos.

Aunque parezca ridículo parte de esa falta de percepción de riesgo la tiene nuestro sistema de salud, en el cual no hay que pagar nada y la protección del paciente es lo principal .Existe confianza y seguridad a la hora de visitar estos hospitales .Tal vez piensan que cuando los médicos hablan de muerte, infertilidad y otras consecuencias lo hacen para asustar, como una forma algo espartana de decir: cuídate que te puede ir mal la próxima. Pero para algunos no hay próxima.

Extrañamente muchas de las que llenan los salones de los hospitales maternos cada lunes (día de atención a las adolescentes en estos centros) conocen a un amigo o han escuchado de alguien a quien le ha ido mal, pero en la otra balanza te pueden nombrar a 20 o más que no les pasó nada.

De esta forma se podría esperar esta falta de percepción de riesgo por parte de los adolescentes, pero en muchos casos la familia también adolece de este instinto y es la que decide y convence sobre el proceder. Y no todas son las llamadas familias disfuncionales.(continuará)

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