viernes, 30 de agosto de 2019

ITS: Enfermedades sin rostros



En la sociedad cubana actual, y más entre los jóvenes, pareciera que ningún tema está vedado al debate o al conocimiento ante la gran avalancha de información que hoy disponen en sus manos desde el Internet o la televisión.

Pero el sexo y sus intimidades resulta aún muy embarazos para un alto porcentaje de la población juvenil, ya sea por las dudas propias de la edad, la falta de confianza con la familia o el deseo de no verse como un “ignorante” ante amigos o la propia pareja.

Tal situación provoca que con frecuencia las incertidumbres se evadan en detrimento de la propia sexualidad, al no conocer de su propio cuerpo o el de su compañero/a, los gustos y disgustos, y un elemento muy importante, las formas de protegerse para no abrirle las puertas a las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

UN PROBLEMA GLOBAL

A nivel mundial la prevalencia de las ITS y particularmente del VIH/SIDA constituye un asunto de constante monitoreo por sus implicaciones para la salud y los derechos sexuales de las personas.

Pero a pesar de las campañas internacionales y regionales que se realizan desde hace un tiempo para disminuir su incidencia y eliminar la trasmisión, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, cada año se presentan en todo el mundo más de 448 millones de casos de ITS curables enadultos de 15 a 49 años y no menos de un millón de contagios ocurren cada día; y la tendencia es al incremento.

En Cuba, desde los inicios de la década de los ochenta existe el Plan de Respuesta Intersectorial para la Educación, Prevención y Control de las ITS-VIH/SIDA que permite que los diferentes organismos y organizaciones desarrollen, de manera más concreta y específica, un conjunto de acciones, con énfasis en la educación y prevención.

Y aunque los datos de esa fecha para acá muestran un notable descenso de las cifras, según datos de la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud sobre el Reporte de Infecciones de Transmisión Sexual de declaración obligatoria 2017-2018 (gonorrea, condilomas, herpes genital y sífilis),el pasado año en Cuba estas incrementaron con respecto al 2017, con excepción de la sífilis.

Esta misma fuente refiere que resultan el grupo de los de 15-19 años los de más incidencia en este incremento, donde a pesar de la información disponible aún persiste desconocimiento en cuanto a las formas de trasmisión sexual, con la existencia de diversos mitos y la reticencia al uso del condón.

LA EXPERIENCIA MATANCERA

En la calle San Fernandoentre San Carlos y San Vicente de la barriada neopoblana de la ciudad de Matanzas,radican los centros provincial y municipal de Higiene y Epidemiología,y el Grupo provincial de ITS/VIH/SIDA de Matanzas, donde una parte importante de sus esfuerzos se dedica al control y seguimiento de estas dolencias, así como el asesoramiento ante cualquier duda.

“Resulta tendencia en toda Cuba, y Matanzas no escapa de ella, que cada vez más temprano los jóvenes inicien su vida sexual, y casi nunca tienen todo la información necesaria para este momento, mucho menos para protegerse adecuadamente ni realizar conductas responsables lo que les expone no solo a una experiencia no placentera sino también a infectarse con una de estas enfermedades, que de no ser atendidas a tiempo pueden tener efectos bastante devastadores en su salud”, explica Jesús Márquez Sempe, educador de esta institución para el trabajo de uno de los grupos más vulnerables.

Al respecto explica que entre las conductas riesgosas se encuentra la inestabilidad de la pareja, el no uso del condón como forma de protección, y el encuentro en lugares poco propicios para estos momentos tan íntimos.

“Hay algunas personas que toman el sexo como algo deportivo, sin que medien sentimientos, solo la excitación momentánea, y tienen relaciones sin conocerse, a veces ni el nombre, como tampoco conversan antes o después del acto, por lo que si alguna de las partes resulta infectada no es posible realizarle seguimiento a la cadena de relaciones porque a todos los efectos es un desconocido. Esta práctica resulta muy frecuente entre los jóvenes y más en temporadas festivas como el verano o el fin de año, cuando también puede estar de por medio la bebida, las drogaso hasta la presión del grupo”, continua Márquez Sempe.

Por su parte la doctora Daymis Reguera Fernández, epidemiológica del centro municipal antes citado, añade que los grupos más vulnerable se encuentran en los hombres que tienen sexo con otros hombres, quienes practican el sexo transaccional, y los transgéneros, sin que esté restringida pues nunca se sabe a quién le puede tocar.

“Uno de los mayores peligros de estas enfermedades radica en la falta de percepción del peligro que existe entre las personas, especialmente los jóvenes que apuestan por el “a mí no me va a tocar”, y esta es una ilusión extremadamente peligrosa pues aunque algunas ITS tienen síntomas claros como secreción por el pene, vagina o ano; úlceras, verrugas o vesículas en estos; erupciones alrededor de los órganos sexuales; o ampollas y llagas, tambiénen ocasiones pueden ser asintomáticos hasta que ya sea demasiado tarde”, recuerda Onay Castellanos Cartalla, educador del mismo centro.

De ahí que ante la mínima sospecha de tener una ITS se debe acudir de inmediato al médico de familia o al policlínico, obviar la automedicación y alertar a la persona con la que se ha tenido contacto sexual, principalmente si ha sido sin protección.

CON EL CORAZON EN LA MANO

“En todas las localidades existen diversas instituciones para atender a las personas ante la sospecha de una ITS, pero el trabajo, especialmente con los jóvenes,vamásallá de curar para llegar hasta la prevención y la protección con charlas, talleres, intercambios y líneas telefónicas abiertas.

“El sexo seguro (que no implica la penetración), el uso del condón, las respuestas a las dudas y la eliminación de mitos, junto a una correcta percepción de riesgo son claves para cada relación, pero también se necesita información, confianza y saber escuchar, desde la pareja, familia, escuela y comunidad, lo que tienen que decir, para que ellos tomen el control de su vida y su salud”, recomienda Reguera Fernández.

Las ITS no respetan edad, género, orientación erótica, estado civil ni condiciones de origen y en su lugar dejan secuelas psicológicas, comprometen la salud reproductiva y tienen un alto costo económico y social.

Por estos motivos la mejor apuesta es la protección, para no volverse un rostro más de estas enfermedades silenciosas que atentan contra una sexualidad plena.

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