martes, 27 de agosto de 2019

El último en la cola!!!!



Si algún estudioso de la sociedad cubana fuera a escribir sobre los procesos que en esta se realizan, ocuparía un capítulo muy especial las colas y sobre todo, las historias que en ellas ocurren.

Y es que aunque no son un fenómeno exclusivo dela isla antillana, coinciden los foráneo en que en ninguna otra parte del mundo esta espera organizada se vuelve espacio de debate e interacción social, un creador de amistades, pero a veces también de rencores, o como dijera un conocido, un termómetro de la vida social.

De esta forma en estos aglomerados frente a una tienda o un mercado, en alguna entidad que brinda un servicio, o cuando se requiere de un trámite, no resulta raro conocer de crítica televisiva o musical, de problemas y soluciones, de amores y desencuentros y de mil y otros temas, con personajes como el especialista, el preguntón, el chismoso, el hablador, el cascarrabias, el terco, el entretenido, y así la lista sigue.

Pero el incremento en extensión y prioridad de algunos de estos fenómenos ha provocado que no pocos insensibles quieran lucrar o aprovecharse con la necesidad ajena, tanto desde la misma población como dentro de los trabajadores de estos locales.

En el primero están aquellos que por bendición geográfica u oportunidad se apropian de los primeros lugares, para después subastarlos a altos precios, quienes se vendan alguna extremidad o fingen cojeras y embarazos,e incluso acuden con niños casi adolescentes en sus brazos para facilitarse un paso preferencial en detrimento de los demás.

Desde lo interno, en la otra cara de la moneda, existen quienes favorecen el paso por estímulos materiales y amistades, llegando en algunos casos, principalmente con los trámites y turnos, al extremo de entorpecer el normal devenir de los plazos, dejando la ilegalidad como única opción.

Otros, quizás, sin malicia, solo sufren de una alarmante falta de ganas de trabajar y hacerlo bien, provocando que las colas se prolonguen en el tiempo, algunas con semanas y meses de pases de lista diario.

La solución, como en muchos de los problemas actuales de nuestra sociedad, resulta multifactorial pero pasa por un agudo proceso de concientización de ambas partes.

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