jueves, 26 de septiembre de 2019

Historiadores: Los eternos inconformes del saber



Enterrados entre libros de antaño, trozos de épocas pasadas y con coronas de canas, resulta la imagen que muchos tienen de aquellos que ejercen la noble profesión de estudiar la historia y sus misterios.

Pero en Matanzas voces jóvenes se alzan contra este criterio y demuestran que incluso quienes no portan el privilegio de la edad pueden rescatar las memorias perdidas en el tiempo y llamarse con orgullo historiadores.

ESCAPAR DE LAS PÁGINAS DE TEXTO



En una de las aulas de la Secundaria Básica Generación del Centenario del barrio de Pueblo Nuevo una de estas matanceras persiste en su tarea de vincular la investigación con el magisterio, mientras rompe ideas preconcebidas en la rama al ser joven, mujer y maestra.

“Soy profesora de Historia de Cuba, pero también historiadora por indagar a mí alrededor, buscar los orígenes de la tierra dónde hoy vivimos, cómo llegó a ser así y gracias a quién fue posible. Y no solo en mi asignatura sino en todos lados, porque conocer el pasado ofrece una visión más clara del presente y del futuro”, explica Yanisleydis Cuba Romero, quién con sólo 26 años ya forma parte de las filas de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHC) en el territorio.

Esta vocación inquisitiva resulta la misma que la ha llevado a inaugurar este curso una célula de la UNHC en su centro con más de una decena de miembros donde, como su vicepresidenta, agrupa docentes de distintas materias pero con igual curiosidad por su localidad.

“Ese espíritu de historiador que nos caracteriza es el mismo que trato de aplicar en cada una de mis clases para que no sea solo letras a memorizar en los libros de texto sino una historia viva a la que los adolescentes, con su afán natural de investigar, pueden acercarse directamente y obtener conocimientos. Desde esta relación resulta más fácil enseñar y a ellos aprender, aunque también representa un reto pues a esa edad tienen muchas dudas y no siempre se tienen las respuestas, por lo que superación diaria y la investigación resultan vitales”, asegura la también profesora de Educación Cívica.

Para esta muchacha, los más jóvenes constituyen una importante fortaleza del movimiento historiador al aportar su visión, ganas de hacer, ideas frescas e ímpetu, ese mismo que comparten con los que muchos años atrás, hicieron historia.

¿CUÁNTO SE PUEDE APORTAR?




Desde el otro extremo de la ciudad, Armando Santana Montes de Oca trabaja arduamente en la gestión del patrimonio cultural y la recuperación de los elementos identitarios de la Universidad de Matanzas, de cara a su aniversario 50.

Con sus 28 años resulta otra de las noveles voces que se alzan desde la provincia en la defensa del patrimonio y la memoria histórica, con la impronta de su juventud.

Desde su reflexión, los protagonistas de los nuevos tiempos tienen mucho que aportar al sondear lo que no se ha abordado, mirar desde una perspectiva diferente o identificar los vacíos historiográficos y llamar la atención sobre su existencia.

“Debemos ser lo más éticos y creativos posibles en nuestro trabajo para dar un producto creativo que no solo sirva según el dogma de lo que enseñan en la escuela, sino que sea un acercamiento natural y con una connotación de cosmovisión, no solo de aprobar una asignatura, profundizando más allá de su vertiente política para tratar también los modos de vida de una época, la cultura o la sociedad”, reconoce el también vicepresidente de la filial de la UNHC.

Jóvenes como estos, tantos como para llenar varia páginas de este periódico, conforman las fuerzas que nunca dejan de escribir o investigar, siempre eternos inconformes con su saber pues conocen que cualquiera con una pregunta te demuestra que no se puede saber todo de todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario