miércoles, 10 de abril de 2019

Guáimaro suena hoy otra vez


Considerada por los especialistas cubanos en materia de derecho constitucional como el primer más notable e importante estatuto jurídico de la historia republicana de Cuba, la Constitución de Guáimaro inició la tradición constitucional en Cuba.

Y es que su aporte no solo radica en ser la primera ley política por medio de la cual se organizó al país como un Estado independiente, sino también sus artículos fueron más allá de la imperiosa necesidad de darle todo el sostén jurídico a la insurrección independentista iniciada por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, en el oriente de Cuba.

Esta Carta Magna de la República en Armas expuso al mundo que la contienda libertaria era una vía impostergable, con la lucha armada como única vía, además de evidenciar un proceso radical al abolir de facto la esclavitud en Cuba.

En el texto se pretendía, además, una dirección centralizada de las operaciones militares que facilitaran la coordinación de acciones y extender la guerra. También, con respecto al ciudadano, se establecía el requisito para elegir y ser elegido de los ciudadanos, así como su deber y derecho a ser soldados del Ejército Libertador, conjuntamente con otras libertades civiles.

Pero, aunque aquella Constitución del 10 de abril de 1869 alcanzó una aplicación muy limitada y en muchos casos constituyó una traba para la guerra independentista, por la intervención de lo civil en lo militar, y el regionalismo que a la larga llevó a no ganar la contienda en aquella primera gesta libertaria, sí sentó un precedente para el futuro, mismo que está presente hoy, 150 años después en la Constitución que proclamamos hoy. En este momento histórico con el espíritu de los patriotas de 1869, los cubanos reafirmamos una vez más nuestro deseo de soberanía e igualdad, el la búsqueda de la dignidad plena del hombre.

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