miércoles, 4 de julio de 2018

Vida y naturaleza desde Santo Tomás




Cuando la modernidad irrumpe con toda su fuerza en la Ciénaga de Zapata y sus vecinos viven con un alto nivel de desarrollo, aún existen lugares que conservan su magia de antaño y se niegan a desaparecer por el paso del tiempo.

Tal es el caso de Santo Tomás, poblado de la zona occidental del municipio el cual, a 30 km de Playa Larga, tiene el dudoso honor de ser una de las comunidades de difícil acceso del territorio.

ENTRE EL AYER Y EL HOY

Tras recorrer un polvoriento terraplén cuajado de surcos y cangrejos, surge ante el despistado visitante esta comunidad enclavada en el mismo corazón de la ciénaga, justo dentro de la zona de Parque Natural.

“Yo vine a vivir aquí desde Batabanó cuando tenía solo 12 e imagínate que ya voy para los 76 años, por lo que he visto como todo ha cambiado y lo distinta que es la vida ahora.

“Anterior a la Revolución para entrar o salir de Santo Tomás había que hacerlo en lancha pues la carretera no estaba construida y teníamos que andar por caminos y trillos. No existía la tienda, el círculo, la escuela o el consultorio.

“Pero a pesar de las dificultades había gran movimiento de personas aquí y en Vínculo, comunidad cercana ya desaparecida, por la producción existente de carbón, madera en bolo y leña para los centrales. Más de 300 personas trabajaban en los bosques circundantes”, cuenta desde sus memorias Lázara Cunido Franco, una de las ancianas del lugar.

“Hoy la situación es diferente. Nuestra población alcanza apenas los 80 habitantes, mayoritariamente hombres, y no muy jóvenes, cuya ocupación principal es la reforestación y cuidado de los bosques.

“Tenemos garantizados los servicios básicos de una u otra forma, incluso la luz eléctrica por algunas horas gracias a una planta, pero otros como la prensa, Acopio o la misma OBE pasan meses sin visitarnos y eso la gente lo resiente”, comenta sentado frente al círculo social Roberto Alejo López, presidente del CDR con más de 30años viviendo en el terreno.

EL GOLPE ANDALUZ

Debido a lo retirado del terreno y la necesidad de proteger el entorno, no han sido pocos los intentos de sacar a los oriundos de la zona para reubicarlos, con menor o mayor aceptación.

“Uno de los últimos intentos fue en el 2009 por intermedio de un proyecto de cooperación de la Junta de Andalucía, el cual preveía la construcción de 65 viviendas para dar cabida a los residentes de Vínculo y Santo Tomás, y así evitar el acceso frecuente de la población a la zona protegida.

“Para este fin se destinaron más de 600 mil cuc pero por diversas causas ajenas a Cuba, dicho proyecto fue cerrado cuando solo se habían construido unas 30 casas para sacar a todos los de Vínculo, una de las prioridades, y a algunos de Santo Tomás, mas otros se quedaron”, cuenta desde el archivo Juana Ortiz Ricardo, encargada de Relaciones Internacionales de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Matanzas y también presidenta de la Unión de Historiadores.

Esta situación no solo provocó malestar entre los habitantes de las zonas involucradas, sino también entre algunos conocedores de la historia y tradición del lugar.

“Sacarlos pudo ser una necesidad en su momento, pero en la práctica redundó en la destrucción de una cultura e idiosincrasia única en Cuba por sus particularidades. Y al no concluir el proyecto, fue el tiro de gracia, rompiendo una comunidad y separando otra, acabando con una parte de la historia cenaguera”, opina Julio Antonio Amorín, historiador del municipio.

Según explica Onel Vienes Cárdenas Vicepresidente para el Órgano de la Administración de la Asamblea Municipal, hoy la política para el desarrollo de Santo Tomás es diferente, priorizando continuar su desarrollo, y mantener los servicios que hasta ahora se brindan como el médico y la enfermera de la familia, el transporte, los servicios gastronómicos, los productos de la canasta básica y los de educación con la escuela primaria de este territorio.

PARAÍSO DE AVES

Sin embargo, a pesar de aciertos y desaciertos, Santo Tomás y sus pobladores siguen existiendo en armonía con la naturaleza, una de las protagonistas de su vida diaria.

Así lo explica Roberto Alejo mientras muestra las inmediaciones del lugar y los animales que por aquí habitan.

“En esta zona no es difícil encontrarse con cocodrilos o jutías, incluso tienes que tener cuidado porque puedes pasarles por el lado sin darte cuenta. También hay una gran cantidad de peces, especialmente el pez gato, y los animales de cría que van sueltos por el monte y nada les pasa.

“Sin embargo los reyes aquí son las aves, motivo por el cual recibimos a muchos turistas amantes de estos emplumados. No sé en otros lados pero aquí es normal ver a los tocororos cantando mientras los arrieros le contestan, o en la tarde las bandadas de cotorras y cateyes cruzando el pueblo de un extremo al otro en un espectáculo de plumas y colores”, comenta nuestro improvisado guía.

Es por estas inmediaciones, sigue contando Alejo, que resulta posible ver algunas especies raras, cuyo hábitat está entre los juncos y lagunas del pueblo. La gallinuela de Santo Tomas, la ferminia o el cabrerito son algunos ejemplos de aves que solo pueden ser vistas aquí, en el corazón del mayor humedal del Caribe.

LATIDO DEL HUMEDAL

Cae la tarde sobre el poblado y las sombras avisan que es hora de regresar. Atrás quedan los bosques y pantanos, las casas y estructuras del hombre.

Santo Tomás parece perdido en la lejanía del espacio y del tiempo y uno se pregunta si el próximo año aún existirá; pero como el latido de un corazón su recuerdo permanece fijo en quienes lo habitan y visitan.

Para ellos no hay nada más imponente que este remanso de hombre y naturaleza trabajando en armonía en estos tiempos cuando el paso arrollador de la actualidad se empeña en enfrentarlos. (Fotos: Ayose García Naranjo)











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