miércoles, 11 de julio de 2018

La invasión de los ojos grandes




Sentados en un banco del Parque de la Libertad no se ven diferentes a los jóvenes que los rodean. Un teléfono en mano como extensión de sí mismos, voces que suben y bajan con la emoción, rostros risueños llenos de sueños y ganas de conquistar el mundo.

Pero para los oyentes indiscretos su conversación resulta un acertijo ante palabras nunca oídas tales como otaku, manga ofansub.Otras palabras van y vienen, y entonces se nota sus peinados originales, los adornos en los bolsos o el dibujo que guardan en sus manos.

El oyente, ahora intrigado, cree entender que discuten de alguna serie televisiva de la cual nunca oyó, y a la caza de algo interesante para ver, pregunta por los actores, el director y la trama.

Los muchachos, sonrientes, responden al interlocutor con una sorpresa: no se trata de una serie, sino de un anime.

BREVE HISTORIA DEL MANGA Y EL ANIME EN CUBA

Conocidos por quienes no los ven como muñequitos chinos (para gran disgusto de ambas nacionalidades), el anime resulta el nombre dado a la animación surgida en Japón hace ya más de 90 años, en contraposición a las historietas llamadas mangas.

Ambas variantes tienen actualmente una gran extensión por el mundo, al punto de ser catalogadas como un fenómeno cultural y Cuba no escapa de su influencia. No se trata de algo reciente.

Desdelos 70, en los cines de nuestro país se comenzaron a exhibir largometrajes animados procedentes del Japón.Títulos como El imperio submarino; Las aventuras del osito panda; El Gato con Botas va al Oeste; La Sirenita; Jack y la brujita; Historia de una vieja locomotora y El Gato con Botas da la vuelta al mundo en 80 días son de los más recordados de esta época.

Ya en los 80 llegaron diversas películas comoVoltus V; Taro, el niño dragón y a partir de 1985 las series animadas infantiles atraparon la televisióncon las aventuras deUlises 31; La princesa caballero o Astro Boy.

Sin embargo, fue en los 90 y luego en el nuevo milenio cuando la afición por el anime caló en Cuba, principalmente a través de las series como Mazinger Z; Ángel, la niña de las flores; Los gatos samuráis, Mikán el gato naranja, Pokémon, Digimon, yYu-Gi-Oh! por mencionar algunas.

En la actualidad,ygracias en gran medida a los medios digitales y el Internet, el consumo de esta animación ha aumentado y llega a algunos de sus amantes quienes se hacen llamarotakus y son grandes conocedores no solo de la obra de los realizadores japoneses, sino también de la cultura nipona.

Más allá de los gustos, las convenciones estéticas del manga y el anime también han influenciado a varios jóvenes creadores y estos a la producción nacional. Animados como El frijol viajero, La Gotica de Agua, Yeyín y el cazador androide, o Nené Traviesaresultan algunos ejemplos.

MUÑEQUITOS PARA LA GENTE GRANDE Y PEQUEÑA

Matanzas no resulta ajena a esta realidad y hoy son muchos los seguidores de este tipo de animados y no se incluyen solo las edades más tempranas.

“El anime, como lenguaje, permite realizar animaciones visualmente atractivas. Tiene un estilo dinámico, y sus personajes resultan interesantes y bien diseñados. Uno nunca sabe qué esperar”, resultan solo algunas de las razones dadas por jóvenes como Marina Buena Saborido o Dairys Cordero Tortolo.

Para ellas, el anime no tiene solo lo visual, sino también un alto contenido de valores importantes como la amistad, el valor y la perseverancia. Reconocen además que uno de sus aspectos positivos es lo diferente que resulta de las típicas producciones de Occidente y de sus estereotipos.

“Cada capítulo te va atrapando y además son disímiles ofertas para todos los públicos. El anime, al igual que una película, se clasifica segúnla edad de la audiencia o incluso la trama. Esto permite escoger según los gustos, pero también hace que los que no conocen generalicen según lo visto por un género y así surgen estereotipos.

“Corresponde a los padres mantener el control sobre lo que ven sus hijos. Para eso deben conocer, pues aunque se trata de un entretenimiento sano, todo en exceso resulta dañino y estos animados también pueden ser muñequitos para gente grande”, asegura Mildred GarcíaRuiz, otra otakuconvencida.

UNA FAMILIA POR TODA CUBA

A Chayanne Sánchez Alfonso desde pequeño le interesaba la visualidad del anime japonés.Películas como El viaje de Chihiro, La princesa Mononoke oEl castillo ambulante lo hacían soñar con mundos fantásticos y dragones voladores.

No obstante, entre sus amigos le era difícil encontrar afines a su gusto o un espacio para compartir sus intereses. En su búsqueda descubrió al proyecto Animat.

“Actualmente alrededor de los otakus existen muchos estereotipos que les hacen difícil encontrar un lugar para hablar libremente de sus gustos y compartir sin recibir miradas extrañas o comentarios despectivos.

“Para brindar este espacio nació hace ya algunos años el proyecto Animat de Matanzas, una opción sana para estos jóvenes que en sus reuniones se han convertido en una gran familia”, comenta Ernesto Escobar Rodríguez, director y uno de los creadores de esta iniciativa.

“En un inicio no llegábamos a 30 y teníamos que reunirnos donde podíamos. Después, instituciones como el museo Palacio de Junco o la casa de cultura Bonifacio Byrne nos abrieron sus puertas y hoy nos encontramos que en cada reuniónmás de 80 vienen aquí y no tenemos espacio para todos ellos.

“No son solo de la ciudad. De todos los municipios también asisten por sus propios medios e incluso, de otras provincias cuando tenemos grandes actividades. De todas las edades vienen aquí los amantes del anime buscando amistades con intereses afines con las que se puede conversar, y hasta algún padre o abuelo acompaña a sus hijos o nietos en ocasiones”, continua Escobar Rodríguez.

No se trata únicamente de charla. Encuentros de conocimientos, dibujos, karaokes , festivales de disfraces a los cuales llaman cosplay, talleres literarios y hasta conferencias sobre la cultura vinculada a las series llenan mensualmente los sábados y crean una gran familia que conecta toda Cuba, porque este fenómeno también ha encontrado respuesta en casi todas las provincias de la Isla.

Este proyecto, a decir de Enrike Mayo Calvo,perteneciente al Freak Zone de La Habana y un colaborador del de Matanzas, es uno de los más antiguos y organizados de Cuba, donde permite a los jóvenes explorar un hobby muy sano en un ambiente favorable.

“Aunque hoy nuestro número ha aumentado, aún se mantienen las miradas extrañas y los comentarios despectivos a pesar de la divulgación realizada por la televisión cubana a través de programas diversos”, continúa Mayo Calvo.

A pesar de esta situación lo cierto es que el anime y elmanga llegaron para quedarse y tienen entre los cubanos un gran futuro por delante. Tal vez, el próximo oyente indiscreto pueda reconocer qué hablan los jóvenes otakus matanceros y quizás participar.

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