miércoles, 19 de junio de 2019

Más que tarjetas y cajeros




Mientras algunos las consideran las llaves de la modernidad en Cuba, muchos tienen la errada percepción de que las tarjetas magnéticas no pasan de una molestia o incluso de una traba ineficiente que los obliga a peregrinar por la ciudad a la caza de un cajero automático para extraer su salario o pensión.

Y es que según cifras nacionales del sistema bancario, la abrumadora mayoría de las operaciones realizadas con estos dispositivos consiste en la extracción de saldo, ignorando sus usuarios otras formas de uso o enfrentándose a diversos problemas objetivos y subjetivos.

POTENCIALIDADES

Con más de 101 mil tarjetas del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) y 44 mil del Banco Popular de Ahorro (BPA), Matanzas muestra grandes cifras de esta modalidad sin embargo, resultan escasos quienes en contrapartida acuden a las novedosas formas de emplearlas.

Uno de los ejemplos más comunes radica en el empleo de los Terminales de Punto de Venta (TPV o POS por sus siglas en inglés), los cuales se encuentran hoy distribuidos en toda la provincia con presencia en cada municipio y Consejo Popular.

“Existen en el territorio 1931 TPV instalados, principalmente en las cadenas de tiendas, las agencias de viajes, en la red hotelera y extra hotelera, en los bancos y Cadecas y en los puntos de Etecsa; y desde hace un tiempo se fomenta su uso en las unidades del Mincin, sobretodo en la venta de materiales de la construcción y en función de los mercados ideales y las tiendas más grandes de comercio, y quien sabe, en un futuro, hasta las bodegas y placitas.

“Además tenemos más de un centenar en demanda, con la posibilidad de llegar hasta algunos de los restaurantes más grandes, servicios de alojamiento y hasta particulares, por ser esta una vía rápida, segura y cómoda de efectuar un pago, pues le evita al cliente, y a la entidad, andar con el dinero arriba, a semejanza con el mundo”, explica José Manuel Yong Leal, especialista comercial de FINCIMEX.

Otro dato poco conocido resulta el hecho de que, para incentivar su uso, el pago en los TPV cuenta con una bonificación permanente del 5 y el 4 por ciento que asumen BANDEC y BPA respectivamente a cada pago que se realice, y que puede incrementarse en fechas señaladas como la que actualmente existe de un 10 por ciento en saludo al Día de los Padres.

EL BANCO EN LAS MANOS

No es el único uso, pues las modalidades actuales de Banca Electrónica y otros servicios permiten a los propietarios de las tarjetas revisar sus cuentas, hacer transferencias y pagar a terceros, incluso, desde la sala de su casa.

“Hoy es posible emplearlas en diversas operaciones bancarias con opciones como Kiosco (Banca remota de personas naturales), Virtual Bandec (Banca remota para empresas y Trabajadores por cuenta propia TCP), Banca telefónica y Banca Móvil que permite realizar los pagos a la ONAT, la factura de la Electricidad, el teléfono, transferencias entre tarjetas magnéticas, la apertura de las cuentas de ahorro asociadas a tarjetas magnéticas, entre otros múltiples servicios, en las sucursales, en el hogar si se cuenta con conexión a Internet o desde los mismos cajeros”, explica por su parte Ailin Lozano Lozano, especialista en marketing de Bandec, mientras cuenta que BPA cuenta también con sus similares.

Por su parte Belkys Plasencia Cruz, subdirectora provincial de BPA acota que especialmente en auge se encuentra Transfermóvil, una aplicación para celulares que ofrece gratuitamente Etecsa desde su portal para que de forma expedita los clientes con una tarjeta magnética realicen diversas operaciones con sus cuentas, entre ellas la oportunidad de operar desde cualquier lugar, pagar servicios como la luz o el teléfono sin tener que asistir a las oficinas, y cambiar los límites de su tarjeta en cuanto a saldo u operaciones diarias.

Para usar estas opciones, según informan las comunicadoras de estas entidades matanceras, solo se necesita solicitar una tarjeta de Banca Remota, en el caso de BPA, la cual se asocia con su tarjeta, o una tarjeta Multibanca, en el caso de BANDEC, la cual permite identificarse y hacer uso de estos servicios.

DONDE SE ROMPE EL CICLO

Con tantas opciones y novedades estos nuevos servicios deberían ser los de mayor demanda, sin embargo, a pesar de que se avanza a paso constante, aun queda mucho por hacer.

“En estas modalidades de Banca Electrónica son en su mayoría los jóvenes quienes se interesan por ellas y las adoptan, en tanto los mayores, un número importante de nuestros usuarios, las desconocen a pesar de que desde hace unos días junto a cada tarjeta brindamos la posibilidad de solicitar su matriz correspondiente, ahí, en el mismo momento”, asegura Sandra Esther Rojas especialista de Banca Electrónica de BANDEC.

Para Yasleydi Araña Rodríguez, especialista de comunicación de Fincimex, hoy con los TPV se ha perdido el miedo a su empleo en varios lugares, pero aun existen trabas, que aunque pueden originarse de una situación técnica puntual o la inexperiencia, también surgen por el rechazo por parte de los dependientes a su uso, que a su vez se lo traspasan a los clientes quienes no exigen su derecho a usarlo.

Así historias de TPV “rotos”, imposibles de usar, sin conexión, extremadamente lentos (el tiempo promedio de cada operación debe oscilar entre los 10 y 15 segundos), ocupados por estar hablando por un teléfono en la misma línea, o donde incluso le piden su clave para operar, se vuelven razones más o menos válidas que influyen sobre el cliente quien a su vez, teme del uso de la tarjeta y se niega a su empleo.

“Hoy el mundo avanza a paso acelerado hacia la disminución de los cajeros y el dinero papel, proceso que en Cuba, en el marco de su proceso de informatización cobra espacial importancia en la calidad de los servicios, y en acercar estos al usuario, sin necesidad de colas o dilaciones. Este es nuestro aporte a la sociedad y seguiremos avanzando por el futuro”, asegura Plasencia Cruz.

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