lunes, 1 de abril de 2019

Hospital Pedro Betancourt de Jovellanos:Entre pasado y presente, por su futuro



Entre el ir y venir diario de las personas se alza una edificación donde aires de modernidad y otras épocas de antaño se mezclan junto a parabanes verdes, batas blancas y ese olor distintivo de los centros hospitalarios.

Con más de 90 años de historia, se trata del Hospital Pedro Betancourt de Jovellanos, el cual a pasos seguros avanza hacia la reanimación y rescate de sus servicios e instalaciones para una mejor atención de los pacientes que cada dia llegan hasta sus puertas.

LA RETAGUARDIA DE GIRON

Según consta en archivos históricos la institución médica fue fundada allá por 1928, hace ya 92 años, para dar respuesta a la atención sanitaria del territorio, la cual resultaba insuficiente.

El lugar escogido era en esos momentos un mercado que anteriormente fungía como estación de policía con su propia caballeriza, pero tras una colecta pública y una rápida ejecución se inauguró el que en su tiempo fue uno de los centros más modernos y mejor equipados del país.

Mas su historia siempre estuvo del lado del pueblo, como cuando en 1961 esta obra considerada de las más importantes realizadas por Machado, acogió a los heridos del ataque mercenario de abril de ese año, salvando numerosas vidas y ganándose el apodo de “el hospital de la retaguardia de Girón”.

“Hoy, por su condición territorial, atendemos a unos 110 mil habitantes no solo del municipio sino también de poblados distantes al desarrollar una proyección comunitaria hacia otros policlínicos como son los de Jovellanos, Coliseo, San Miguel, Bolondrón, Pedro Betancourt e incluso el área de Carlos Rojas”, explicó Iván García Sarmiento, director de la institución.

UN AÑO DECISIVO

Para ser fieles a su nombre, historia revolucionaria y tradición de buen servicio, durante todo el 2018 en el centro se acometieron importantes acciones para el rescate de sus servicios, salas e indicadores.

“Entre estas se encuentra los avances en el completamiento de nuestra plantilla y el chequeo semanal de las necesidades, lo que nos permitió mejorar el número de intervenciones quirúrgicas, superando por primera vez en 15 años las 2 mil, así como la inclusión de diversas especialidades poco frecuentes en nuestra proyección comunitaria, acercando la atención al paciente y elevando su calidad.

“En el orden constructivo en el año que cierra se acometieron cerca de 16 acciones dentro las que destacan algunos de los salas de mayor demanda como son las de terapia intensiva, obra cumbre comparable a estándares provinciales, geriatría, medicina de hombres y otras, junto al rescate del mobiliario, pintura, falsos techos y tuberías, algunas de estas en los salones de operaciones”, continúa García Sarmiento.

Estos cambios fácilmente apreciables no solo representan mejores condiciones de trabajo, sino también mayor comodidad para los pacientes y sus acompañantes.

“Me sorprendieron los cambios pero el confort es mucho mayor, desde las camas hasta los sillones, sin olvidar el baño y hasta los ventiladores por si hace calor. Si le sumamos los médicos excelentes y enfermeras que aquí laboran no resulta tan malo dentro de la enfermedad”, cuenta desde la sala de medicina de hombres Félix, quien ya lleva un tiempo hospitalizado.

NUEVOS RETOS

Dalia Aguirre Torrientes trabaja desde hace casi treinta años en la institución y en su tiempo ejercía como jefa de parto, razón por la cual muchos jovellanenses la consideran otra madre por traerlos al mundo.

Ella aún trabaja con su enorme experiencia pero reconoce que aunque mucho se ha hecho falta más por hacer fundamentalmente para rescatar especialidades, que como la suya, tienen gran demanda por parte de la población.

“Otro reto en el que se trabaja es hacia alcanzar la categoría de docente, como anteriormente fuimos y formamos muchos médicos, aunque hoy seguimos recibiendo jóvenes de postgrado que traen vida y ayuda”, explica el doctor Cándido Lima, jefe de los anestesiólogos.

Según Iván García, las obras constructivas no han terminado pues todavía se trabaja en el bloque de cuerpo de guardia y emergencia, así como en la sala de medicina de mujeres, el comedor y la cocina, en tanto se prevé con ayuda de la contribución territorial accionar sobre la parte más antigua, la cual nunca ha sido reparada.

“Los pasos se siguen dando en esos aspectos que aún nos limitan, pero ya se ve una mejoría desde los servicios hasta en los indicadores, y hasta en la percepción de la población. Por eso vamos a seguir adelante sin acobardarnos para brindar una atención a la altura de nuestra historia u nombre”, asegura convencida la doctora Cecilia Rodríguez Boch, una de las clínicas de más experiencia en el lugar.

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